De la contratapa...
Enseñanzas sobre la flora y sus propiedades curativas fueron transmitidas por generaciones que nos precedieron legándonos una ciencia popular vastísima en lo que respecta a utilización de las plantas; su uso empírico e instintivo con el transcurrir del tiempo fue gradualmente sustituido por pautas de acción propias, que se perfeccionó durante milenios y esta presente hoy con un profundo conocimiento de la flora regional. La diversidad genética y cultural de América ha sido motivo de admiración por propios y extraños. La interacción del hombre con su variada naturaleza generó un enorme cúmulo de conocimientos científicos y empíricos sobre el aprovechamiento de los recursos que ella nos ofrece, y por ello, la medicina tradicional encuentra en nuestra región un lugar preponderante, ya que la cosmovisión indígena valora en demasía las formas de explicar y atender las enfermedades.
La Provincia del Chaco en Argentina ocupa un lugar preponderante dentro de la geografía argentina en cuanto a diversidad vegetal se refiere, con numerosas especies con atributos medicinales; conviven en la región criollos y aborígenes pertenecientes a las etnias Mocoví, Toba y Wichí con sus tradiciones y costumbres de uso de las plantas, constituyendo un saber secreto compartido en lo mas hondo de la esperanza y que fluye vivamente por las ocultas venas que dan sustento y auxilio a las más profundas necesidades de los individuos en su comunidad y en su cultura.
Historia viva, indeleble, tercamente enraizada en el acontecer diario de este agreste Chaco, consideramos un deber recuperar ese saber tradicional de cura utilizando vegetales, revalorizando la importancia del conocimiento ancestral y volviendo a posar la mirada en las plantas medicinales, validando o rectificando los usos demostrados por los nativos de las especies consideradas.
En “PLANTAS MEDICINALES USADAS POR LAS COMUNIDADES ABORÍGENES DEL CHACO ARGENTINO” transcribimos las experiencias acumuladas y consolidadas en el devenir del tiempo que alguna vez escuchamos, contemplamos asombrados o miramos incrédulos o irónicos, y siempre rescatamos y respetamos, agradeciendo los momentos de paciencia, tolerancia y comprensión de los informantes. El dominio de lo profano en el mundo, ha garantizado triunfos al hombre que lo llenan de orgullo.
Carlos Chifa y Armando Ricciardi
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