Waldhuter La Librería es el resultado de la transferencia de
la tradicional librería porteña Paidós del Fondo a Waldhuter. Además de
conservar el equipo de libreros, en esta nueva etapa se resguardará el fondo y
se acrecentará la oferta con un apreciado catálogo de pequeñas y medianas
editoriales nacionales y de sellos internacionales independientes.
El 1º de noviembre abrirá sus puertas en Av. Santa Fe 1685
Waldhuter La Librería, una nueva apuesta de la distribuidora de libros homónima
nacida en 1995, la cual se ha consolidado por su fondo editorial integrado por
sellos independientes nacionales e internacionales (de España, México y Chile,
mayormente) como un referente entre los bibliófilos en Argentina.
Waldhuter La Librería será un nuevo espacio y a la vez la
continuidad de una librería tradicional de Buenos Aires: Paidós del Fondo, la
cual será transferida y cuyo equipo de libreros especializados permanecerá en
la nueva etapa. Los orígenes de esta librería se remontan a 1999, cuando la
familia Bernstein, propietaria de la editorial Paidós hasta 1977 y desde 1972 dueña de la Librería Paidós
Central del Libro Psicológico, adquiere la librería del Fondo de Cultura
Económica de Santa Fe y Rodríguez Peña, la cual se convierte entonces en
Librería Paidós del Fondo.
En un año en el que se considera en peligro la continuidad
de la actividad librera, entre otros factores por el costo de los alquileres y
los servicios, para Marcelo Bernstein, quien estuvo hasta ahora a cargo de
Paidós del Fondo: “La muy buena noticia es que no hay un cierre, sino una
continuidad. Desde hace 25 años que en este local alquilado de 300 m2 hay una
librería. Este será su tercer ciclo: nació como Librería del Fondo, con un
perfil vinculado a las ciencias sociales; continuó como Paidós del Fondo,
cuando sumó mucho de psicología y psicoanálisis; y ahora será Waldhuter La
Librería, enriquecida con mucha más variedad y oferta editorial”.
Según Alejandro Katz, quien era director del FCE en
Argentina cuando se abrió la Librería del Fondo: “La librería nació orientada
hacia los libros de calidad, hacia la literatura y el ensayo menos comerciales,
intentando -y consiguiendo- hacer de la librería una referencia en el mundo
ilustrado. La transferencia a Waldhuter garantiza la perduración de este
clásico del ecosistema librero de Buenos Aires, que se ha mantenido a pesar de
las crisis -del libro, de la lectura, del país-. Seguramente, ahora será
adaptado a las necesidades de un público lector más informado y sofisticado,
para hacer frente a un presente en el que el libro compite con una cantidad
cada vez mayor de recursos de información, conocimiento y entretenimiento, y en
el que el hábito de la lectura está, cuando menos, en fuerte mutación”.
En cuanto al desafío, para Gabriel Waldhuter, quien junto a
su hermano Jorge está al frente de la empresa, se trata de sumar aún más
bibliodiversidad: “Si bien Waldhuter como distribuidora es conocida por su
apreciado catálogo de sellos importados, también distribuye editoriales
nacionales. El balance debe ser la bibliodiversidad. De los pequeños sellos
independientes internacionales que representamos, traemos una cantidad reducida
de ejemplares en comparación con una edición argentina (si importamos 100, no
competimos con una editorial nacional que imprime 1000). Tampoco importamos
títulos que se producen en Argentina. Distinto es el importador de saldos o de
industria gráfica. Nosotros le damos al lector novedades, no ediciones enteras
que no funcionaron en otros países, que suelen comprarse a un dólar y venderse
a diez. No es la idea del proyecto. Queremos que Waldhuter La Librería se
convierta en un lugar de encuentro, en una librería única con sellos
argentinos, latinoamericanos y españoles. En síntesis, que sea La Librería”.
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